martes, 20 de octubre de 2015

Resumen: elementos del análisis de textos narrativos

Nota: copio esta información del libro de Oxford de 1º de Bachillerato. Aquí vamos a tener definidos elementos que podemos utilizar en el comentario de texto narrativo. También podéis acoplar este resumen al tema de la narrativa, tras definir el género y explicar los principales subgéneros. 

Niveles de análisis del texto narrativo

Deben considerarse dos niveles: el de la historia -lo que se cuenta- y el del discurso -la forma en que se cuenta-.
  • Historia: consiste en una sucesión de acciones que siguen un orden causal y cronológico (tiempo de la historia), realizadas por unos personajes, en un tiempo y espacio determinados. 
  • Discurso: es la manera como se cuenta la historia, y puede respetar o no el tiempo de la historia. Por ejemplo, una novela policíaca puede comenzar por un asesinato y luego ir hacia atrás para explicar las causas. 
  1. Análisis de la historia 
Comprende la caracterización de sus cuatro elementos: las acciones, los personajes, el tiempo y el espacio. Según su papel en la historia, los personajes pueden ser protagonistas o secundarios. Realizan una serie de acciones para conseguir determinados objetivos. En esas acciones intervienen otros personajes, que funcionan como aliados, si los ayudan, o como adversarios, si les dificultan la consecución de sus objetivos. El espacio -único o diverso, abierto o cerrado, rural o urbano, realista o fantástico- condiciona siempre las acciones de los personajes. El tiempo puede abarcar desde unas pocas horas, incluso minutos, hasta muchos años (la vida de un personaje o de varias generaciones). 

    2. Análisis del discurso

En el discurso, el orden temporal o cronológico del relato puede verse alterado por tres tipos de distorsiones: comiendo in media res -en medio de la acción-, analepsis -evocación de momentos anteriores-, o prolepsis -anticipación de acontecimientos posteriores al tiempo de la historia. 

      2.1. Tiempo de la historia y tiempo del discurso

El tiempo de la historia (lo que duran realmente los hechos) puede tener una duración diferente de la del tiempo que se dedica a contarlos (tiempo del discurso). Esta circunstancia imprime cambios en el ritmo de la narración. En relación con el tiempo del discurso, se distinguen cuatro movimientos narrativos: 
  • Escenas: se igualan el tiempo de la historia y el tiempo del discurso. Suelen incluir diálogos. 
El paciente dio un gran suspiro, abrió los ojos, miró a todos uno por uno, y con apagada voz pronunció estas palabras (...) 
  • Resúmenes: el tiempo del discurso es menor al de la historia. 
Entonces encerró a su hija. Allí vivió emparedada seis meses.  
  • Pausas: el tiempo de la historia se detiene y, en el discurso, se realiza una descripción o un comentario. El tiempo de la historia es cero. 
Tenía la cabeza casi exhausta de pelo, la barba escasa, entrecana y afeitada a trozos...
  • Elipsis: Se omiten partes de la historia. El tiempo del discurso es cero. 
Con estas y otras cosas [no contadas], Isidora cayó en grave tristeza. 
     2.2. Narrador y perspectiva

El narrador -ente de ficción encargado de contar la historia- puede relatar los hechos en primera persona (narrador personaje, incluso narrador protagonista) o en tercera persona (narrador testigo). En algunos casos más experimentales, se da el narrador en segunda persona. El grado de conocimiento de los hechos por parte del narrador determina la perspectiva o punto de vista adoptado, que puede cambiar a lo largo del relato. Existen tres tipos de perspectiva: 
  • Perspectiva total: las posibilidades de conocimiento del narrador son ilimitadas. Constituye la visión privilegiada del narrador omnisciente, quien conoce los antecedentes de la historia, accede a los detalles más insignificantes, incluso penetra en la conciencia de sus personajes (sabe más que ellos). 
  • Perspectiva interna: la perspectiva del narrador se restringe a la percepción de uno o varios personajes (sabe tanto como ellos)
  • Perspectiva externa: el narrador actúa como simple observador de las acciones, sin penetrar en los personajes (sabe menos que ellos).
     2.3. Tipos de discurso 

Según la forma en que se presente la materia narrada, en un relato se diferencian distintos tipos de discurso que, incluso, pueden aparecer fusionados. 
  • Discurso referencial: se emplea para narrar objetivamente los hechos. Suele darse en los resúmenes y las escenas, en boca del narrador. 
Estas crisis de ánimo solían provocarlas noticias del personal: el nombramiento de un obispo joven, por ejemplo. Echaba sus cuentas: él estaba muy atrasado, no podía llegar a ciertas grandezas de la jerarquía. 
  • Discurso descriptivo: corresponde a las pausas descriptivas, y aunque puede ser objetivo, incluye con frecuencia una visión subjetiva.  
Las huerta forman cuadros de hortalizas en que las altas matas de guisantes están rodrigadas con cañas. Los frutales se entremezclan entre los tablares verdes. Y el follaje va reptando por el repecho y se cuela por los portillos y entraderos de la ciudad.
  • Discurso poético: suele coexistir con el discurso descriptivo e, incluso, con el referencial. Se caracteriza por una fuerte presencia de la función poética.  
Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con  una lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y del pan.
  • Discurso valorativo: el narrador o un personaje realizan una valoración de  otro personaje o situación.  
¡Con qué inocente confianza iban los dos, en familiar pareja, por los senderos torcidos que conducen de Aragón a Pajarillos!
  • Discurso universal: el narrador o un personaje realizan una generalización a partir de un incidente. 
¡Qué odioso, qué soez, qué repugnante es el pueblo!

En función de cómo se presentan las palabras y los pensamientos de los personajes, se establecen otros cuatro tipos de discurso: 

  • Discurso directo o dramático: el narrador cede la palabra a los personajes por medio de los verba dicendi (dijo, exclamó, preguntó, etc). Los personajes dialogan y sus emisiones se transmiten en estilo indirecto. 
-Dígame, señor Cayo. ¿Cuándo empezó aquí el éxodo?
  • Discurso indirecto: el narrador reproduce lo dicho por los personajes, haciendo también  uso de los verba dicendi. 
Héctor le explicó que lo había encontrado, extrañamente, en casa de Laura.
  • Monólogo interior: sirve para expresar la subjetividad de un personaje, sus sentimientos más íntimos, sus sensaciones... Este no se dirige a ningún interlocutor. 
El tal marqués viudo de Saldeoro está loco por mí; pero no seré tonta, no le daré a conocer que me gusta... ¡Y cómo me gusta!... En fin, suspiremos y esperemos. Conviene tener dignidad.
  • Discurso indirecto libre: el narrador transcribe los pensamientos y las palabras de los personajes, e incorpora las formas expresivas de estos. 
Y con todo, al capellán no le llegaba la camisa al cuerpo. ¡Si Nucha se enteraba! ¿Y quién duda de que se enteraría en el momento menos pensado? 

Pues esto es todo. Antes de que empiecen los suicidios, aclaro que no hay que decir todo esto en un comentario. Dependiendo del texto, habrá unas cosas u otras. Lo importante es tener los conceptos claros para saber reconocerlos en caso de que aparezcan. Y, sobre todo, recordar que esto sirve para enriquecer el comentario, pero en ningún caso sustituye a lo importante: lo crítico.

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